Ir al contenido principal

Entradas

Llegada a Machu Picchu

Nuestra manera de llegar a Machu Picchu la verdad, fue bastante burguesa, no pudimos conectarnos al cien con el llamado Camino del Inca porque no disponíamos del tiempo suficiente para hacer el recorrido en escalada, coche o a pie... tuvo que ser en uno de mis medios favoritos de transporte: el tren.  El pueblito donde lo abordamos nos había sorprendido esa mañana con terrazas y construcciones increíbles, ya estábamos hasta cierto punto cansados físicamente de tanto subir y bajar, y todavía teníamos que transportarnos a la plataforma del tren... llevábamos una maleta (a pesar de que nos recomendaron dejarla en el hotel de Cuzco) y nos dijeron que el costo no pasaría de un sol, para tomar esos pequeños mototaxis... para mi mala memoria olvidé el nombre local con el que se conoce... en fin, mi querido esposo un poco agotado aceptó que nos cobraran de a sol por bulto, osea 3 soles por esposo, meka y maleta,  íbamos apenas en la segunda selfie cuando el chofer dijo ya llegamos y n
Entradas recientes

Luna de Aventura. Parte II.

No les estoy mintiendo, siendo de una ciudad maravillosa que ofrece cielos despejados y brillantes (Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, cuando guste visite), puedo asegurarles que en Cuzco el cielo se ve diferente, se respira diferente, se siente más claro más transparente, hasta podría decir "más cercano a Dios". Al inicio de nuestro tempranero tour, nuestro guía nos dijo que Cuzco en Quechua significa ombligo del mundo, eso debe explicar porqué el cielo se siente tan bien, tan apaciguador y calmante (que conste que la descripción que les doy es para temporada de seca, porque cuando llueve en Cuzco, llueve bien).  El camino que tomamos para llegar a la Salinera de Maras deja boquiabiertos a los pasajeros del bus, a los turistas más arriesgados que van en cuatrimotos y a mi esposo y a mí, pues fuimos acompañados todo el tiempo de la "Verónica" que parece siempre estar cerca, pero en realidad sus 5682 metros de altitud nos engañaron durante todo el camino, que pudim

Perú, nuestra luna de aventura. Parte I.

Desde que nos casamos mi esposo me dijo : "Yo quiero conocer Machu Picchu", yo todavía emocionada porque nos habíamos casado le dije ok, vamos a donde tú quieras... seis meses después, ya teníamos las maletas listas y los nervios al borde, no podíamos creer que estábamos a punto de volar a Lima.  Como nunca despertamos contentos a las 6am para llegar a documentar al aeropuerto, una vez listos sumé a mi esposo a mi ancestral tradición de comprar un pan relleno de frambuesa y un café pa apaciguar los nervios de viajero, él prefirió una dona con chocolate que le pintó una sonrisa nerviosa. Mientras esperábamos el abordaje pudimos observar muchas situaciones, entre ellas a una pareja de extranjeros (guapos y musculosos tanto la esposa como el esposo) con fobia a los microbios mexicanos, pues ahí en la sala de espera internacional (uno de los lugares más limpios que yo conozca) desinfectaron y colocaron un pañuelo desechable para asentar sus posaderas, cosa que me pare